Elegir una profesión

Elegir una profesión no es tarea fácil.

Conviene conocer qué sectores te interesan más y en cuáles puedes tener más éxito. Por lo tanto, en una primera aproximación, es necesario tener la mejor información sobre las diferentes profesiones y no descartar ninguna de antemano. 

Para evitar desenfocar el tema y escoger sin criterio, es recomendable hacer un cálculo muy sencillo: 

Una información / asesoramiento bien planteada es la que tiene en cuenta: 

Competencias personales 

+ centros de interés 

+ sector productivo 

= toma de decisión razonada 

• Para hacer esto, existen varios caminos: Puedes elegir un sector que te guste (automoción, sanidad, hostelería, comunicaciones) y descubrir las profesiones asociadas a él. La idea es partir de tus preferencias analizando la información y eliminando aquellas profesiones que no te parezcan adecuadas. Hay que hacerse preguntas como: ¿Me gusta la mecánica? ¿Tengo paciencia con la gente? ¿Domino idiomas y me relaciono bien con las personas? 

• Otra vía es analizar las múltiples variantes que existen sobre una profesión: por ejemplo si te gusta la administración, puedes pensar no sólo en trabajar en una oficina sino en aquellos sectores en que se necesiten especialistas administrativos que, en la realidad, abarcan todos los sectores profesionales (desde la hostelería hasta los bufetes de abogados, pasando por el pequeño o gran comercio, las multinacionales o las industrias de cualquier tipo). Si te gusta la música, piensa también en ser técnico en sonido, productor, etc. Si te gusta la mecánica, piensa en montar tu propio negocio, no sólo en ser empleado por cuenta ajena, trabajar en una cadena de montaje, como instalador de equipos, etc. 

• Otra cuestión para analizar es salirse de los caminos clásicos. No hay profesiones de hombres y profesiones de mujeres. Hay profesiones actuales y descubrirlas es reconocer que tanto un hombre puede ser educador infantil como una mujer piloto. 

• También es muy importante, a la hora de elegir una profesión, pensar en todas las profesiones de los llamados “sectores emergentes”, en los que están apareciendo nuevas posibilidades de empleo. Es el caso, entre otros de lo relacionado con el medio ambiente y la naturaleza, con la salud y la estética personal, con los servicios socioculturales (por ejemplo, las ligadas a la educación infantil, la atención a las personas dependientes,...) ya que tienen un gran porvenir y múltiples salidas.