Overclocking: Ventilación del gabinete

La organización de cables u otros obstáculos que impidan la
libre circulación de aire es la primera medida para tener en cuenta.

Por lo general, cuando hacemos overclocking, se usan plataformas de bench (estructuras abiertas, con casi ningún tipo de accesorio, dado que la finalidad de estas es el overclocking) que sirven para poder acceder rápidamente a los componentes de la PC. 

Esto no quiere decir que no se pueda hacer overclocking con todo el hardware dentro del gabinete. Debemos tener recaudos, pues el gabinete es un espacio cerrado y la temperatura es crucial cuando practicamos overclocking, por lo tanto, el flujo de aire debe ser ideal. La influencia del calor externo es decisiva, esto es, los días de mucho calor o de verano, la temperatura ambiente aumenta la temperatura de los componentes, dado su Delta T, por lo que tener una temperatura estable externa a la hora de aplicar overclock puede ser recomendable. 

¿Cómo logramos un flujo de aire ideal para el overclocking en nuestro gabinete? 
La respuesta parece fácil, pero debemos tener en cuenta algunas cuestiones importantes. Existe en el mercado infinidad de gabinetes, desde los más baratos y pequeños hasta los full tower que son enormes, pesados y, por lo general, caros. Todos estos gabinetes pueden tener un buen flujo de aire, siempre y cuando se respeten ciertas reglas. Lo primero que debemos lograr es evitar los obstáculos que impidan la circulación de aire dentro del gabinete. Es muy común que instalemos y dejemos los cables de cualquier forma. Este error limita el buen flujo de aire dentro del gabinete. Se pueden agrupar los cables con precintos o verificar si nuestro gabinete tiene pasajes para cables, para esconderlos atrás del mothertray. Esto último, es muy utilizado por las personas que practican modding (modificaciones estéticas y/o funcionales de PC’s) dado que no solo esconde los cables dejando un aspecto visual mejor, si no, que genera un buen flujo dentro del gabinete. 

Lo segundo que debemos tener en cuenta son los ventiladores o fans (por su nombre en inglés). No podríamos mencionar la cantidad de ventiladores que existen en el mercado, pero sí podemos señalar dos puntos determinantes que permiten elegir un ventilador: el flujo de aire (CFM) y la presión de aire (mmH2O). Tengamos en cuenta que todos los fabricantes de ventiladores tienen en sus especificaciones estos dos puntos que permiten elegir el mejor ventilador, es decir, aquel que ofrezca las mejores prestaciones. 

El tercer punto para tener en cuenta es la disposición de los ventiladores en el gabinete. Como dijimos anteriormente, el aire caliente sube, por lo tanto, lo primero que tenemos que ver es la ubicación de las entradas de aire (dónde están los agujeros para los ventiladores) y las salidas. La posición y la orientación de los ventiladores en el gabinete generarán presiones distintas: 

Presión positiva: se da cuando existen más ventiladores introduciendo aire que extrayéndolo. 
Presión negativa: se da cuando existen más ventiladores extrayendo que introduciendo aire. 
Presión neutra: equilibrio entre la entrada y salida de aire, la misma calidad de ventiladores sacando e introduciendo aire. 

No existe una presión mejor que otra, todas poseen sus particularidades, aunque debemos evitar ciertos puntos: 
• La proximidad de las succiones y las descargas. 
• Tener dos ventiladores situados perpendicularmente extrayendo el calor. Esto provocará el desequilibrio de la presión de aire y afectará la eficiencia de la reducción del flujo. Se recomienda que haya un ventilador sacando aire y otro ingresándolo, en el caso de que tengamos ventiladores próximos perpendiculares. 
• Flujo de aire bloqueado (cables, VGA, discos). 
• Incluir muchos y pequeños ventiladores en distintas direcciones, por lo general no ayudan y solo acrecentan el ruido. 

Aconsejamos lo siguientes puntos: 
• Siguiendo las leyes de la física, conviene tener en cuenta, siempre que el espacio sea posible, instalar los ventiladores de entrada de aire abajo y los de salida de aire arriba. 
• Tratar que el aire caliente que sale del disipador del CPU, en el caso de los disipadores tipo torre, tenga salida inmediata y no circule dentro del gabinete calentando los demás componentes. 
• Mantener la limpieza sobre disipadores y ventiladores ayuda notablemente a que la disipación del calor sea más efectiva. La acumulación de polvo es perjudicial para esta. 

Podemos dividir el hardware en zonas dentro del gabinete, así lo identificamos con más rapidez a la hora de solucionar algún problema: 
Zona de CPU: el uso de un disipador tipo torre para CPU es lo recomendado en la mayoría de las situaciones. Este permite, si el sentido de flujo dentro del gabinete es bueno, impulsar el aire caliente del disipador del CPU hacia afuera del gabinete. Tener en cuenta que este tipo de disipador no es conveniente, a menos que el gabinete sea grande, ya que se haya diseñado específicamente para hacer frente a este tipo de refrigerador dado su tamaño. 
Zona de VGA: la mayoría de las VGAS de gama media y alta utiliza el sellado del conducto de aire sobre sus refrigeradores, este método ayuda a expulsar el aire caliente hacia la parte posterior del gabinete. Si es posible, debemos conseguir un gabinete con rejillas de ventilación junto a las ranuras de la tarjeta gráfica o incluso entre las ranuras. Asimismo, tener un ventilador en el panel lateral que sople sobre la tarjeta gráfica puede no ser tan útil cuando la VGA no es cerrada. Ese aire caliente irá directamente al área del CPU. Un ventilador de adelante hacia atrás, siguiendo el perfil de la VGA, sigue siendo la mejor opción. 

Motherboard: el área de la placa base es la combinación de las zonas de la CPU y de la VGA, por lo que si la tarjeta gráfica utilizada es lo suficientemente larga, es probable que las zonas afectadas por el calor dividan la placa en dos secciones separadas. Sin embargo, si el flujo de aire del chasis se mantiene uniforme en todo el frente hacia atrás, no es necesario hacer un conducto o separar las dos secciones de enfriamiento atacándolas por separados con distintos ventiladores. Existen algunos chipsets que calientan más que otros. La instalación de pequeños ventiladores sobre la refrigeración de estos puede ayudar en este caso. 
Zona de discos duros o HD: la mayoría de los discos duros tiene temperaturas de funcionamiento con una capacidad máxima de 55 ºC a 60 ºC. Si este rango es superior, la vida útil de la unidad puede disminuir. En la práctica, mantener una temperatura de funcionamiento de 50 ºC o menos es suficiente para unidades de disco duro y, como no puede ser overclockeado, la disminución de la temperatura del disco duro no se traduce en un mejor rendimiento de la unidad o la longevidad. Así que el objetivo principal de una buena refrigeración del disco duro es mantener el mejor flujo de aire sobre las unidades. Al elegir un gabinete, debemos buscar aquellos que dejan espacios suficientes entre disco y disco facilitando así la dirección del flujo de aire del ventilador de modo que sea paralelo a los discos duros. Evitemos los diseños que ponen los discos duros muy cerca del ventilador, esto puede crear una gran área de superficie de bloqueo de aire para el ventilador. 

Zona de PSU: la mayoría de las fuentes de alimentación del mercado tienen ahora su control de velocidad del ventilador, que varía la salida del ventilador/velocidad dependiendo de la temperatura o de su carga. La selección de un gabinete con una fuente de alimentación ubicada lejos de la zona de la CPU puede favorecer que se sobrecaliente la zona. Por otro lado, si la PSU se sitúa arriba, la succión de la PSU tomará aire caliente, lo cual puede llevar a su mal funcionamiento. 

Cuando está bien planificado, el diseño del gabinete con un flujo de aire uniforme puede aumentar drásticamente la eficiencia de refrigeración, reduciendo así la necesidad de ventiladores, que sean de potencias innecesarias, y disminuyendo asimismo el ruido y el polvo.

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