Videojuegos en las aulas
Desde su nacimiento en la década
de los setenta hasta la
actualidad, el videojuego ha
significado la introducción al
entorno digital. Vivimos en una sociedad
digitalizada y, consecuentemente,
muchos de nuestros juegos son digitales.
Éstos se han implantado de un
modo significativo y, en estos momentos,
podemos encontrarlos dentro de
todas las áreas y ámbitos de la sociedad,
ocupando gran parte del tiempo
libre de muchos niños, adolescentes y
jóvenes.
Los “gamers”, usuarios de videojuegos,
pueden obtener una experiencia personal
que contribuya a su alfabetización digital, lo que significa no solo jugar,
conocer las reglas desde las que han
sido construidos o sumergirse en el
mundo virtual que presentan. Para que
esa experiencia lúdica se transforme en
experiencia vital debe complementarse
con una forma consciente y crÃtica para
contribuir a la formación de personal.
Frente a la realidad emergente del uso
de los videojuegos, la Universidad y
los investigadores no son ajenos al estudio
de sus consecuencias y posibilidades.
Por tal motivo, cumpliendo con
la aspiración de la sociedad sobre la
investigación de las instituciones de estudios
superiores, se llevan a cabo en
los últimos años, diversos congresos sobre videojuegos y comunicación. En
ellos se exponen los aportes de investigaciones
y desarrolladores y surge la
oportunidad de compartir experiencias
útiles a la hora de teorizar sobre las
consecuencias y modos de trabajo con
videojuegos, teniendo como finalidad la
consecución de objetivos educativos y
la formación de futuros educadores en
la utilización de estos lineamientos.
El avance de la sociedad de la Información
modifica los planteamientos
educativos, proporcionando mayor protagonismo
a la formación del alumno
desde la autonomÃa y responsabilidad y
generando nuevos contextos de aprendizaje
y educación. El uso de videojuegos como herramientas
cognitivas constituye una realidad
que no puede desaprovecharse: estos
recursos son un aporte muy enriquecedor
para la actividad educativa, ya que
fomentan el carácter lúdico del aprendizaje.
Se trata de un modelo de aprendizaje
intuitivo, experiencial y manipulativo
del mundo real, favorecido y potenciado
por la televisión, el teléfono móvil,
las computadoras y las pantallas de videojuegos
que establece una disonancia
cognitiva cuando las situaciones de
aprendizaje demandan mayor esfuerzo
por superar los conflictos que constantemente
se presentan en un mundo a
construir (Esnaola Horacek, 2013).
La práctica con videojuegos para la
educación, recupera los planteos sobre
cognición situada que parte de la premisa
de que el conocimiento es parte
y producto de la actividad, el contexto
y la cultura en que se desarrolla y utiliza,
por lo que aprender y hacer son acciones
inseparables. Desde esta perspectiva
“el diseño de los contextos de
aprendizaje se convierte en una de las
tareas básicas para el profesor”, quien
se transforma en el orientador y nexo
entre la aplicación, el contenido y el
alumno, para que este pueda potenciar
sus habilidades.
Algunas de las apreciaciones que podemos
citar sobre el recurso educativo
videojuegos, como instrumento de mejora
en situaciones educativas son:
● Ayudan a comprender situaciones
complejas desde un entorno estimulante,
aprendiendo a través de la práctica.
Despiertan la motivación y son facilitadores
de la formación, centrándose especÃficamente
en el aprendizaje de los
alumnos, como sujetos activos y partÃcipes
del proceso.
● Permiten simular situaciones sobre
problemas reales, conociendo claramente
los objetivos y metas a alcanzar,
pudiendo desarrollar multitareas en forma
simultánea.
● Facilitan el acceso a otros escenarios,
pudiendo explorar, descubrir información
y nuevos conocimientos.
● Favorecen el desarrollo de determinadas
habilidades de atención, reflexión,
concentración, resolución de problemas creatividad, toma de decisiones,
con lo cual, colaboran en el desarrollo
de estrategias de pensamiento superior.
Potencian la interacción al jugar con
otros en forma colaborativa, aprendiendo
a relacionarse y entablar negociaciones.
● Permiten la retroalimentación de procesos
a partir de la repetición instantánea
de acciones superando errores, en
un entorno sin peligros.
● Promueven el respeto por las normas
y permiten debatir sobre valores y aspectos
morales que están presentes en
nuestra sociedad (competitividad, violencia,
consumismo, etc.)
● Favorecen al control de los tiempos
de reacción y respuesta a estÃmulos.
● Atienden a la diversidad a partir de las
propias capacidades, ritmos y superación
de cada sujeto.
● Pueden ser aplicados en diversas
áreas del conocimiento, es decir, erradicando
la fragmentación curricular.
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