Discos duros II
Discos duros de estado sólido (SSD)
Los “discos duros de estado sólido” o SSD (Solid-State Drive) son dispositivos de almacenamiento
secundario de datos que a diferencia de los discos duros magnéticos no contienen partes móviles,
ya que son dispositivos totalmente electrónicos, lo que les asegura a priori un mayor tiempo de vida. Además no requieren de ningún tipo de alimentación constante ni pilas para mantener los datos almacenados.
Por lo tanto disponen de la capacidad de tener tanto memoria volátil como no volátil.
Como se puede observar en la anterior imagen que compara un HDD y una SSD una unidad de estado
sólido o SSD está fabricada únicamente con componentes electrónicos soldados en una placa
de circuito impreso. Además muchos modelos de discos SSD suelen disponer de una carcasa de
aluminio que mejora la disipación de calor.
Una vez analizado el mercado de memorias secundarias de almacenamiento (en concreto los discos
duros) a fecha de 1 de noviembre de 2014 se puede afirmar que todavía hay una enorme brecha
entre los dispositivos magnéticos (HDD) y los de almacenamiento solido (SSD). El precio por gigabyte
de los SSD es muy superior al de los HDD.
Aunque hay otros factores, que se comentarán más adelante,
que influyen en que la mayoría de los SSD son totalmente superiores en prestaciones a discos HDD.
Dada la constante miniaturización y mejora en rendimiento que están sufriendo los equipos informáticos
estos dispositivos SSD están encontrando un hueco en ciertos tipos de dispositivos. En la
actualidad en el mercado se están vendiendo varios tipos de equipos informáticos de los que se
pueden destacar:
• Equipos de sobremesa (suelen usar discos magnéticos HDD de 3,5” aunque ya hay equipos
que integran SSD de 2,5”).
• Portátiles (suelen usar discos de 2,5”, magnéticos sobre todo y la gama alta están incorporando
cada vez más los SSD).
• Ultraportátiles (suelen usar discos duros SSD, tanto de 2,5” como formatos más pequeños
M2.SATA o mSATA).
• Equipos All-in-One (suelen usar discos magnéticos de 3,5” aunque ya hay equipos que integran
SSD de 2,5”).
• Tabletas (pueden usar memoria Flash soldada a la placa base o incluso usar formatos más
pequeños tales como M2.SATA o mSATA).
Interfaces internos de transferencia de datos
Los discos duros de los equipos informáticos usan para transmitir datos un conector físico que funciona
como la interfaz entre el disco duro y la placa base del equipo. Esta conexión se realiza mediante
un cable compatible con dichos conectores. Además, para que se comuniquen correctamente el
disco duro con la placa base, se debe utilizar un protocolo de comunicación determinado.
La interfaz
también incluye cómo se relaciona el dispositivo con el resto de elementos.
En el presente apartado se van a presentar los distintos tipos de interfaces internos (ATA, SATA, etc.)
mientras que los externos (USB 2.0, 3.0, etc.) se tratarán más adelante.
Aunque los interfaces internos de conexión para transferencia de datos de los equipos disponibles
en los centros docentes depende de la generación de dichos equipos, lo más habitual es que se
puedan encontrar todavía discos duros con interfaz IDE/ATA o PATA en los equipos más antiguos y
discos duros con interfaz SATA en los equipos más recientes. Actualmente casi todos los “equipos de
sobremesa” y “portátiles normales” vienen con interfaz SATA.
Aunque con el auge de los ultraportátiles
y el aumento de necesidades en cuanto a transferencia de datos de los equipos es posible que
se llegue a ver tímidamente en los próximos años discos duros con interfaz M2.SATA o incluso algún
SATA Express.
A continuación se presentan las tecnologías de interfaces de comunicación que se pueden encontrar
actualmente en los dispositivos de almacenamiento interno de los equipos y sus principales
características. Además se realizará un repaso sobre los nuevos tipos de interfaces que están en equipos
puntuales como portátiles y ultraportátiles o que pueden llegar a verse en los años venideros.
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