Ventajas de 64 Bits
Hace ya unos años que AMD presentó
el primer procesador doméstico
con arquitectura de 64 bits: los
Athlon 64 3200+ con un único núcleo a
2,0 GHz fabricado en 130 nm.
Desde entonces, hemos visto cómo
los sistemas operativos han ido ofreciendo
versiones para 32 y 64 bits en
sus productos, al igual que los principales
programas de escritorio. Recientemente,
los procesadores de smartphones
y tablets se han subido al carro de los
64 bits con el iPhone 5S a la cabeza pero,
¿existe realmente alguna diferencia?
Cuestión de memoria
La principal ventaja de utilizar programas
optimizados para utilizar procesadores de 64
bits, es que pueden usar mucha más memoria
RAM. Los procesadores de 32 bits tienen un límite teórico en el uso de memoria que se sitúa
en torno a los 2 GB, ya que 232 bits equivalen a
4.294.967.296 bits. En la práctica, los sistemas
operativos diseñados para 32 bits sólo pueden
usar unos 3 GB, si bien hay algunas triquiñuelas
que permiten sobrepasar esa limitación.
Si se usan registros de 64 bits en vez de 32, se
consigue pasar de los 232 bits a 264, lo que da lugar
a una cifra mucho mayor, rozando los 2.1019
bits. Es decir, un dos seguido de 19 ceros. La limitación
teórica es, pues, de 16 exabytes o, lo que es
lo mismo, unos 16 millones de terabytes. Como
ves, pasará tiempo hasta que tengamos que
preocuparnos por que nuestro sistema operativo
no pueda gestionar la memoria del equipo.
Implicaciones reales
Cuando se lanzaron los AMD Athlon 64, lo que
se buscaba superar era la limitación teórica del
uso de RAM, pues los equipos de la época ya empezaban
a atreverse con 1 y 2 GB. No se buscaba
mejorar el rendimiento, sino simplemente poder
hacer uso real del hardware instalado. Hoy
en día, con ordenadores que equipan fácilmente
6 y 8 GB, esta fase está ya más que superada.
Ahora, toca exprimir el diseño de los programas
para que puedan beneficiarse así de todas estas
mejoras en memoria.
Hay que reconocer que, de cara al usuario final,
en la mayoría de programas puede que no se
note demasiado. De hecho, una consecuencia inmediata
es que el software de 64 bits consume
un poco más de RAM que sus equivalentes en 32
bits. No obstante, cuando la memoria instalada
supera con creces la barrera de los 4 GB, compensa
en cualquiera de los casos
Ciertos algoritmos, especialmente de cifrado
y seguridad, pueden beneficiarse de hasta mejoras
del 800%. Asimismo, si usas programas que
hacen un uso muy intensivo de memoria, como
la edición de vídeo o el tratamiento de grandes
ficheros de texto (bases de datos y demás), el salto
es casi obligatorio.
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