¿Qué Podemos y Qué no Podemos Hacer con LINUX?


Ésta es una pregunta crítica que es común hacerse en este instante ya que, como en todo sistema, hay cosas que podremos hacer y cosas que no. En este aspecto, algo que se destaca es que encontraremos diferentes distribuciones de Linux para distintas tareas, trabajos y configuraciones de equipos, al igual que varias alternativas en programas para realizar una labor específica. 

Para tener una idea, por cada programa propietario pago existen muchas soluciones libres y eso es bueno a la hora de seleccionar una aplicación, porque podremos quedarnos con la que más nos guste y que mejor se adapte a nuestras necesidades. Hablando de aplicaciones, debemos dejar de lado el concepto de aplicaciones para Windows. Es un error muy común pensar que podremos utilizar programas desarrollados para el sistema operativo de Microsoft en Linux. 
En líneas generales, las aplicaciones son compatibles con el sistema operativo para el que han sido creadas. Por ejemplo, los programas para Mac OSX sólo funcionan en él, y esto se repite para todos los sistemas operativos. De todas maneras, existe una solución (a medias) si deseamos utilizar una aplicación preparada para un sistema en otro, dado que hay diferentes emuladores que nos permiten cierta compatibilidad en este sentido. Por suerte, son muchos los programas que son desarrollados con versiones para Linux, Windows y Mac, como es el caso de OpenOffice (la suite de oficina que aprenderemos a utilizar). 

Esto brinda una solución práctica a un problema complejo como el de acostumbrarse a un programa nuevo cuando hemos manejado otro por años (lo que en la jerga llamamos migración). Hablando puntualmente de las tareas que desarrollamos en el día a día de nuestra vida digital, con GNU/Linux tendremos todas las aéreas cubiertas y podremos desenvolvernos sin problemas, es decir, podremos escuchar nuestra música preferida en cualquier formato, mirar películas y videos para luego editarlos, disfrutar de un filme en DVD, realizar tareas de oficina utilizando diversas suites, navegar en Internet, usar clientes de correo electrónico para sincronizar nuestras cuentas de e-mail, mantenernos 100% comunicados utilizando diferentes programas para mensajería instantánea o, por qué no, realizar conferencias con programas de VoIP (voz sobre IP). 

Asimismo, podremos editar imágenes de manera profesional y utilizar programas para realizar dibujos, como también sincronizar los diferentes dispositivos que acostumbramos a usar en nuestra vida diaria: cámaras fotográficas digitales, celulares, dispositivos de memoria, como pendrives, memorias flash o discos externos; además de conectar cámaras web, impresoras, micrófonos y otros dispositivos. Vale destacar que todo esto lo podremos hacer sin perder tiempo ni escribir extraños comandos. Si bien hace algunos años era distinto, e instalar un dispositivo de hardware solía ser una tarea que requería cierta paciencia, GNU/Linux ha evolucionado a pasos agigantados, y ahora nos ofrece herramientas de administración simples y visuales. Otra cuestión que ha cambiado conforme pasaron los años es la variedad de programas disponibles. 

Por ejemplo, a comienzos del año 2000 algunas áreas específicas, como la del diseño gráfico o la edición de video, estaban totalmente desamparadas, y las soluciones de software existentes carecían de calidad profesional. En la actualidad, la realidad es totalmente distinta de lo que era. Esto nos lleva a otra reflexión de importancia: si probamos Linux a fines de los años 90 o principios de 2000 y no nos convenció, será sorprendente conocer cuánto ha evolucionado.

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