Refrigeración: Pasta térmica
La correcta aplicación de la pasta térmica es siempre un
factor determinante para una buena disipación del calor.
Debemos tener en cuenta que la pasta térmica o grasa térmica es un
producto muy común en los componentes electrónicos. Como dijimos
anteriormente, es necesario disipar el calor generado por los
componentes y la pasta sirve para este fin.
¿Pero cómo funciona?
Para conocer el funcionamiento de la pasta
térmica, tenemos que entender que lo importante no es refrigerar
el procesador o cualquier componente, sino sacarle calor, esto es,
el calor generado por el componente tiene que ser literalmente
retirado de este a través de transferencia de calor. Por ende, la pasta
térmica es nada más y nada menos que un conductor de calor, desde
el componente hasta el disipador de este. El calor se transmite por
tres mecanismos que siempre aparecen combinados: conducción,
convección y radiación.
El que nos interesa en este momento es la
conducción, que se produce cuando dos objetos se encuentran, en este
caso, el procesador u otro componente con el disipador, a diferente temperatura. Entonces, sabemos que el calor pasa de la parte más
caliente a la más fría, hasta que la temperatura se hace homogénea.
Para aumentar la transmisión de calor por conducción se puede ampliar
la superficie de contacto entre la parte fría y la caliente o elevar la
diferencia de temperaturas entre estas.
Otro punto para tener en cuenta es el aire, ya que el oxígeno es
un aislante natural de la temperatura. Las superficies en contacto,
esto es el componente que vamos a refrigerar
y el disipador, no son completamente lisas, por
más pulidos mecanizados que se les hagan,
por lo tanto, necesitan de algún tipo de relleno
para evitar las bolsas de aire. Para esto tenemos
la pasta térmica, que sirve para rellenar los
microporos de ambas superficies.
Existen muchos tipos de pasta térmica y para
saber cuál es la mejor, tenemos que conocer
algunas de sus características. La capacidad
de transmisión de calor de la pasta térmica se
define de acuerdo al compuesto que se usa para fabricarla, es decir,
por la capacidad de los compuestos para transmitir el calor.
Esta
conductividad térmica se mide en vatios por metro-Kelvin
(W/(m·K)). Para que tengamos una idea de los distintos tipos de
materiales, la silicona y el óxido de zinc tienen una conductividad
térmica de 0,7 a 0,9 W/(m·K). Los compuestos térmicos con
componentes de plata pueden lograr una conductividad de 2 a 3 W/
(m·K) e incluso superarla.
Tipos de pasta térmica
Según los compuestos con los que se fabrican, las pastas térmicas
pueden tener mayor eficiencia o mejor capacidad para soportar
temperaturas inferiores a 0 ºC.
Los tipos de pastas se pueden dividir en los siguientes:
• Cerámicas: se llaman así por su base de polvo de cerámica en
suspensión con compuestos de silicona liquida o gelatinosa. Son de
color blanco, dado que el polvo de cerámica es de ese color. Tienen
buena conducción y se usan siempre en overclocking extremo, dado
que esta no se cristaliza en temperaturas bajo 0 ºC, manteniendo
• Metales: contienen partículas sólidas de metal, generalmente
plata, cobre o aluminio, por sus grandes propiedades conductoras
de calor. Tienen mejor conductividad térmica que las que se basan
en pastas cerámicas pero son más caras. Al mismo tiempo, al ser
basadas en metales, tienen conducción eléctrica, por lo que su
aplicación debe realizarse de manera más cuidadosa.
• Carbónicas: se basan en carbono, este tipo se ha vuelto popular en
los últimos años. Entre sus compuestos, se hayan nanotubos de
carbono, fibras de carbono, polvo de diamantes y algunas otras
mezclas exóticas. No son conductoras de electricidad, por lo que se
está empezando a usar con mucha más frecuencia.
• Metal liquido: compuesto por aleaciones de metal líquido o galio,
este producto es raro y caro. Debemos tener cuidado, porque este
tipo de material es corrosivo y se tiene que extremar su aplicación
dado la alta capacidad de conducción eléctrica.
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