La importancia del buen driver: Parte I
Cómo librarse de los reinicios inesperados o los cuelgues durante el apagado
Aunque los controladores no sean los
únicos causantes de que nuestro PC
se reinicie inexplicablemente o se quede
colgado cuando intentamos apagar el equipo,
probablemente el porcentaje de culpa llegue
fácilmente al 80%. Y es que los drivers
son, como sabrás, de vital importancia para el
correcto funcionamiento del ordenador y es por
ello por lo que deberemos prestarles una especial
atención para evitar o solucionar una gran
cantidad de incidencias.
Un controlador no es otra cosa que el código
que permite al sistema operativo interactuar
con un dispositivo hardware. Cuando
nos disponemos a instalar cualquiera de
ellos y todo ha ido bien, el controlador se
pondrá en contacto con el sistema operativo,
le «presentará» a su nuevo invitado y le contará
todo lo necesario para que funcione perfectamente
en esa configuración y pueda
convivir tranquilamente con el resto de dispositivos.
Pero no siempre todo va bien ya que,
en cualquier momento (sea inesperado o
no), el equipo puede terminar fallando.
Afortunadamente,
las posibilidades de que esto
ocurra pueden llegar a reducirse considerablemente
si tenemos en cuenta algunas premisas
que te detallamos en estas páginas.
Diseñado para Windows
Debido a los continuos problemas de compatibilidad
de muchos dispositivos fabricados
por terceros a la hora de instalarse en
los ordenadores, Microsoft lanzó hace ya
algún tiempo los certificados WHQL (Windows
Hardware Quality Lab o Laboratorio de
calidad del hardware de Windows). De esta
forma, si un fabricante desea incluir el logo
Designed for Windows deberá cumplir
determinados requisitos y disponer de una
certificado WHQL. Si vamos a adquirir un
nuevo dispositivo, además de tener en cuenta
nuestras necesidades particulares será
interesante buscar este logo para asegurarnos
el éxito a la hora de instalarlo y, por
supuesto, durante su uso.
El mismo proceso
está comenzando a ocurrir con
Windows Vista.
Aunque Microsoft ofrece todo
tipo de información, soporte y
herramientas para que los fabricantes
puedan obtener este certificado,
lo cierto es que no les
es fácil conseguirlo, por lo que
determinados productos carecen
de él y, aunque no tiene
por qué darse el caso, es posible
que encontremos algún problema
cuando los estemos utilizando.
Durante la instalación podremos asegurarnos
de si lo incluye o no, ya que si el producto
lo ha conseguido el fabricante añade un
Certificado Digital Cifrado en el interior de
los controladores, lo que permite a Windows
encontrarlo fácilmente y mostrárnoslo.
De lo
contrario, el SO nos lanzará un mensaje indicando
potenciales incompatibilidades si
seguimos con la instalación.
Cuando el sistema operativo envía un mensaje
al dispositivo, los controladores de éste
deberán responder de la forma en la que el
sistema espera que ocurra. El mal entendimiento
en este «diálogo» entre procesador y
dispositivo puede conseguir que el sistema
operativo quede en espera de una respuesta
que nunca llegará, haciendo
que se vuelva inestable, que
aparezca el tedioso pantallazo
azul o que se produzca un reinicio
inesperado.
En este tipo de
requerimientos también hay que
asegurarse de la compatibilidad
entre distintos dispositivos, ya que
los recursos deben compartirse en
muchas ocasiones. Por ejemplo, la
utilización de un ratón y un teclado
USB implica asegurar que ninguno de
ellos consume un mayor ancho de banda del
que debería y que tampoco interfiere en el trasiego
de datos del otro con la CPU. Detalles
como éste hacen que debamos preocuparnos
en buscar fervientemente el logo de Diseñado
para Windows al margen de las especificaciones
propias del dispositivo.
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