Tic en el Aula: Diez preguntas Parte II
6. ¿No perderé mucho tiempo en clase con
cuestiones técnicas?
Si la actividad que se propone exige demasiado tiempo para
que el alumnado entienda su funcionamiento, seguramente no es
apropiada para el aula. Las TIC son herramientas, no objetivos
educativos. Una actividad TIC exige ciertos conocimientos técnicos
porque son el medio para alcanzar una determinada competencia.
No se trata de que aprendan cómo funciona un blog, un wiki, una
webquest, etc., sino de que escriban, compartan, respeten, etc. En
ocasiones, un mal enfoque metodológico puede hacernos olvidar
esto, y convendrÃa revisar entonces si vale la pena utilizar las TIC
cuando hay modos más sencillos de lograr esos objetivos.
7. ¿Cuántas actividades TIC debo llevar al aula?
Calidad antes que cantidad. Sobre todo, dependerá del equipamiento,
del nivel de competencia del alumnado y de sus circunstancias sociofamiliares. En ocasiones, podemos proponer actividades
que ellos ya saben hacer de manera habitual y a las que sólo
habrÃa que reorientar hacia lo académico. Cuando el alumnado
tiene acceso a las redes en sus casas, bastarÃa proponer actividades
de ampliación, mientras que habrÃa que garantizar el acceso
efectivo en el aula a aquellos que no disponen de ordenadores o
internet en sus domicilios. Una vez más, se exige sobre todo sensatez
a la hora de programar y de diseñar las unidades didácticas.
Y, por supuesto, no es lo mismo una actividad de búsqueda de
información que una secuencia didáctica compleja con intervención
de las TIC (webquest, podcast, etc.). De todos modos, como
apuntábamos, no hay que tener prisa pensando que van a pasar
de no saber nada a ser superhéroes de las TIC en un trimestre; el
desarrollo de la competencia digital exige varios años, para todos.
8. ¿Existen peligros a la hora de trabajar las TIC
con menores?
Hay que tomar las precauciones necesarias para no llevarnos
ningún susto. Se puede trabajar en plataformas cerradas a las
que sólo puedan acceder con contraseña, pero no debemos renunciar
a difundir públicamente los trabajos del alumnado. Precisamente
es esa difusión pública uno de los alicientes de las TIC, algo
que permite romper la barrera de los centros educativos y expandirse
hacia el resto de la comunidad. Los docentes deben vigilar
los objetos 2.0 (blogs, wikis, etc.) que están bajo su responsabilidad
(moderación de comentarios, etc.), deben advertir a sus
alumnos de las ventajas e inconvenientes de las redes en cuanto
a privacidad, una información extensible también a las familias, a
las que habrá que solicitar siempre permiso cuando se difundan
imágenes o datos personales. No obstante, en las redes existe
tanto peligro como en la puerta de un colegio o de un instituto.
Todo se basa en la educación y en la información.
9. ¿A quién recurro cuando tenga dudas con las TIC?
Por suerte, al dÃa de hoy, la comunidad educativa virtual es ya
inmensa. Lo que conocemos como blogosfera educativa se
extiende más allá de los blogs de profesores o de aula hasta
alcanzar cualquier tipo de redes sociales. Pensemos que en la red
podemos relacionarnos con quienes comparten nuestras inquietudes,
sin barreras geográficas o de asignaturas. La mayor parte
de los docentes que llevan un tiempo en la red han comentado en
alguna ocasión sus dudas y sus hallazgos, de modo que quienes
vienen detrás puedan servirse de esos aprendizajes para mejorar.
La red docente funciona, además, como un gran club de ayuda a
quienes empiezan: un comentario en un blog, una duda lanzada
en Twitter, una pregunta en Internet en el aula, etc., suelen ser respondidos casi de inmediato. Por otro lado, los marcadores
sociales (del.icio.us, Mister Wong, Diigo, etc.) ofrecen ya infinitos
materiales etiquetados según su utilidad, para que no haya que
depender exclusivamente de los buscadores tradicionales.
10. Con las TIC, ¿seré mejor docente?
No. Las TIC no nos hacen mejores docentes, de igual modo que
un buen bisturà láser no nos harÃa mejores cirujanos. Las TIC nos
sitúan en el siglo XXI, frente al alumnado y junto a ellos. Nos permiten
diseñar una metodologÃa adecuada a los tiempos en que vivimos
y en los que el docente no puede ser un mero “portador de
información”.Usar las TIC no nos hacemejores, pero no usarlas dice
muy poco a nuestro favor, sobre todo si no paramos de quejarnos
del poco interés que tienen los alumnos por el mundo que los rodea.
No podemos enseñar aquello en lo que no creemos, y ésa es la
excusa de algunos docentes para no enredarse con las TIC; sin
embargo, en lugar de “objetar por principios”, es más sencillo pensar
que las TIC funcionan y tomar como ejemplo los cientos de experiencias
diversas que ya están en marcha. El sistema tiene fallos
en puntos diversos, es cierto, pero conviene que no seamos los
docentes una de esas grietas que derriben el edificio. Muchos de
los que compartimos nuestras experiencias en la red combatimos el
desánimo experimentando con nuevos modos de interacción didáctica.
Puede que nos equivoquemos, pero vale la pena intentarlo.
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