Las TIC en la enseñanza del lenguaje I


Los medios digitales amplían, diversifican y resignifican las prácticas del lenguaje a la vez que presentan nuevas posibilidades y desafíos. En la actualidad, la mayoría de estas prácticas se dan a través de herramientas digitales. Esto supone nuevas organizaciones textuales y relaciones intertextuales, nuevos vínculos con la palabra escrita. El acceso a estas nuevas formas es imprescindible para el ejercicio de la ciudadanía. 

Resulta esencial que, desde el área de Lengua y Literatura, se aborden esas prácticas en pantalla y se generen condiciones que permitan la formación de lectores y escritores competentes en diversos soportes. De esto, se desprende la necesidad de pensar en propuestas que permitan que el área constituya un espacio en el que los estudiantes puedan: 

Ejercer prácticas de lectura en soportes multimodales en el contexto de proyectos de enseñanza. 
La hipertextualidad, como una nueva forma de materializar relaciones entre los textos, permitiría que el autor pueda, como expresa Chartier (2000): “desarrollar su argumentación según una lógica que no es necesariamente lineal o deductiva, sino abierta y relacional, donde el lector puede consultar por sí mismo los documentos (archivos, imágenes, palabras, música)”. De este modo el estudiante, en tanto lector, puede recorrer las tramas hipertextuales creadas por los autores. La escuela es garante del acceso a la hipertextualidad como una nueva forma de materializar relaciones con y entre los textos. Como explica Quevedo (2003:143): “el mundo digital [...] está produciendo una convergencia de formatos y lenguajes que va modificando todos los productos culturales que conocíamos hasta el presente. [...] Cultura digital que [...] implica la adquisición de un ‘conocimiento en mosaico’ caracterizado por los montajes temporales y la fragmentación, y sobre todo, por la aparición del hipertexto que mezcla formatos, lenguajes originados en distintos ámbitos (textos, gráficos, imágenes animadas, fotografías, etc.), y que combina la información con la ficción, superponiendo distintos géneros estéticos”. 

Escribir en un procesador de textos. 
Es una habilidad indispensable tanto para ir a la universidad, como en el ámbito laboral. La utilización del procesador de textos y sus recursos de corrección y control de cambios para llevar adelante elaboración de apuntes, toma de notas, producción de sucesivos borradores, versiones finales y edición de las producciones en distintos soportes son prácticas a ser aprendidas. Crear condiciones de enseñanza para que todos los alumnos puedan aprender a utilizar de manera fluida y adecuada tales herramientas fortalece la inclusión social y un ejercicio más pleno de la ciudadanía. En este caso, prácticas sociales ya instaladas permiten avanzar en el mundo académico y laboral. 

Escribir asegurando la corrección ortográfica y gramatical de las producciones formales por medio de las herramientas de los procesadores de textos. 
La utilización del corrector ortográfico y gramatical en el marco de una secuencia didáctica es una fuente de reflexiones acerca de los usos correctos y adecuados del español. La mayoría de los usuarios saben que la activación del corrector ortográfico y gramatical no resuelve todos los problemas de escritura. Aparecen marcadas en rojo, verde y azul expresiones sobre las que hay que decidir por qué aparecen marcadas y cuál es la posible incorrección o inadecuación que están señalando. En consecuencia, el usuario tiene que tomar decisiones acerca de cómo responde a los resaltados del corrector. Se trata de una herramienta que promueve la toma de consciencia de ciertos rasgos del lenguaje escrito. Escribir textos formales de manera adecuada y correcta representa una vía de inclusión en el mundo académico y del trabajo.

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