Espías en la red I

Muchas de las acciones que llevas a cabo en tu ordenador quedan registradas en Windows. Esto puede ser aprovechado por individuos malintencionados para controlar tus movimientos u obtener datos tuyos. Ándate con cien ojos. Si alguien tiene acceso físico a tu PC, puede fácilmente seguir las huellas que hayas dejado en tu sistema, para acceder a esa información que creías “confidencial”.

Y el problema puede agravarse, quizá el espía se halle muy bien oculto en el anonimato que “ofrece” Internet. Una vigilancia a distancia, permanente, sin que tú sospeches... Por esta razón, debes establecer un sistema para estar en alerta que te proteja y que te impida dejar rastros en tu PC o en la Red. 

¿Qué huellas dejas en tu ordenador? 

•Windows registra con ahínco muchos pasos que das en el PC. Por ejemplo, los archivos y los programas que utilizas, la hora y la fecha en que cada usuario enciende y apaga el ordenador, etc… 

•Las aplicaciones Office son recolectoras” de datos. ¡Hasta se pueden así recuperar fragmentos borrados de un documento!. 

•El programa multimedia Windows Media documenta muchos de tus pasos.

•Incluso Internet Explorer se “guarda” las páginas que has visitado.

¿Dejas también huellas al acceder a Internet? 

Para acceder a la Red, debes conseguir una conexión a través de un proveedor de acceso a Internet (ISP), ya sea ésta por un módem, RDSI , ADSL o por cable. En cualquier caso, el proveedor cuenta con un ordenador especial, el router de acceso, que, antes de que entres en la Red, comprueba tu nombre de usuario y contraseña, registra tus entradas y salidas, y estos datos de cada conexión: 

•El número de teléfono de la persona que llama. 

•La dirección IP que el router asigna a tu ordenador mientras dura la conexión. Cada equipo conectado a Internet tiene asignada una IP única que lo identifica de forma inequívoca. Algo parecido a lo que ocurre con la matrícula del coche... 

•Fecha y hora del comienzo y final de la conexión. 
•La cantidad de datos que han sido transmitidos.