Espías en la red II

¿Dejas rastros al navegar por Internet? 
Cada vez que accedes a una página web, el servidor web en la que esta página está alojada solicita a tu ordenador una serie de datos: 
•La fecha y la hora de la conexión. 
•Los archivos consultados. 
•La cantidad de datos transmitidos y el “resultado”, es decir, si la transmisión fue correcta o se interrumpió por fallos. 
•La dirección IP de tu PC. 

El servidor web recoge esta información en lo que se denomina “archivo de protocolo” o log. Éste parece una maraña indescifrable de números y letras, pero existen programas especializados capaces de crear una estadística a partir de ellos. Así, un servidor web puede saber qué páginas son las más solicitadas, también el país de origen de los visitantes, el navegador y el sistema operativo que éstos emplean, etcétera. 

Si existe la sospecha de que se está cometiendo un delito, las autoridades pueden examinar los logs (tanto de los servidores web como de acceso a Internet) para conocer qué páginas se han visitado. Tu proveedor de acceso también puede disponer de un servidor Proxy. Éste es un ordenador conectado a la Red que almacena páginas web. Cuando intentas cargar una, tu navegador le pregunta al Proxy si la tiene ya almacenada. Si es así, remite esa página directamente a tu PC sin acceder al servidor web que la aloja. Esto reduce el tiempo de transmisión necesario y es muy útil, pero no olvides que el Proxy también registra las páginas que visitas. 

¿Deja huellas tu correo? 
Lo hace tanto quien recibe como quien envía mensajes. Al recibir emails, tu servidor de correo “guarda” la fecha y hora de conexión, tu actual dirección IP y tu nombre de usuario. Al enviar un email, se archiva su tamaño, la dirección de correo del remitente y la del destinatario.

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