La Web semántica

La Web 3.0 será, en realidad, la era de la inteligencia
artificial habilitada para programas extensos de la Web.

Del 2.0 al 3.0: la Web semántica 
Hoy en día, y ya hace varios años, desde 2004 para ser exactos, la Web que conocemos se encuentra en su versión 2.0. ¿Pero qué significa esto exactamente? Tiempo atrás, solo podíamos entrar en las páginas de internet para ver y utilizar su contenido, y allí se terminaba todo. Para los visitantes no había modo de señalar si les gustaba o no lo que veían, ni tampoco lo que les interesaba ver. A su vez, para los administradores era imposible saber si su búsqueda de tráfico para el sitio iba por el camino correcto. 

Gracias a los blogs, Facebook, Twitter, YouTube, otras redes y Google, esa unidireccionalidad ha terminado para dar paso a la Web social, donde fluye mucha más información, de manera más rápida, desde cualquier parte del mundo y caracterizada, en gran parte, por la opinión. Hablamos de poder comentar sobre una foto, noticia, video o post e indicar cuál es nuestro sentimiento hacia él. Además de las palabras, tenemos también los badges sociales, como el Me gusta de Facebook o el +1 de Google, que facilitan la tarea a la hora de dar apoyo a un contenido. En otras redes, en lugar de indicar que algo nos agrada, podemos mostrar lo contrario: en YouTube, con sus pulgares; y en Digg, con sus Digg o Bury. 

Para seguir marcando las tendencias, no podemos pasar por alto la interactividad del medio de comunicación más antiguo del mundo: el periódico o diario. Imaginen qué poderosa herramienta es el diario actual, que puede probar cómo sería la reacción del público frente a la promulgación de una determinada ley. Ante la noticia publicada en un diario en modo potencial, surgen cientos o miles de voces dando su opinión al respecto. La interactividad del diario es algo maravilloso para absolutamente todas las partes. Si lo estamos aprovechando o no, es otro tema, pero el Community Manager deberá tener todas estas herramientas disponibles en su caja. 
Como ya estamos viendo, algunas publicaciones en el mundo están abandonando su edición de papel para convertirse en periódicos ciento por ciento digitales. Seguramente, el mismo camino seguirán los libros y, por más que no nos guste la idea porque pasar las páginas de un libro no tiene comparación, todo es costumbre y el futuro está sentenciado. 

La nueva versión 
Pero en el título hablamos de 3.0 y la Web semántica, lo que se viene. Se trata de perfeccionar nuestras búsquedas en la Web, aprovechando la complejidad del lenguaje para que la computadora nos conteste humanamente. Se supone que se alcanzarán velocidades de conexión de 10 Mbps promedio y en todas partes, por lo que el ancho de banda ampliado permitirá nuevas aplicaciones en línea. La Web está formada por documentos que encontramos cuando buscamos, por ejemplo en Google, utilizando alguna de las palabras contenidas en ellos. Como todos sabemos, no siembre que buscamos algo lo encontramos. Cuanto más específicos somos, más difícil resulta, porque al usar más palabras, más documentos se localizan. 

El HTML describe la sintaxis (cómo se escriben las cosas) pero no la semántica (lo que las cosas significan). Actualmente, para la Web existen palabras, no significados, por lo que las búsquedas son similares a las fórmulas de una planilla de cálculo. Con la Web semántica podremos buscar frases como: “quiero todos los autos rojos fabricados en Europa, pero no en Alemania, y utilizados en Sudamérica, entre 1970 y 1980”. Diferentes parámetros corresponden a diferentes bases de datos, que se unen inteligentemente para devolvernos el resultado que tenemos en mente. El buscador, en cierto modo, interpreta la búsqueda y nos devuelve la respuesta. 
La Web 3.0 es una mejor internet que la que hemos visto hasta ahora: sabe quiénes somos, lo que leímos, lo que escribimos, los sitios a los que entramos, lo que seguimos y calificamos, lo que nos gusta y lo que deseamos, para poder devolvernos lo que esperamos con toda precisión. 

Entonces, queda claro que la diferencia entre la Web 2.0 y la 3.0 no es, como dijo algún humorista por allí, un 1. Es mucho más que eso. Preparados, porque los cambios no cesan y todo sigue a la velocidad de internet. La Web 3.0 no solo comprenderá a los buscadores en la computadora sino que también alcanzará móviles, TV, consolas de juego, publicidades y diferentes tipos de medios y dispositivos. La vida será personalizada.

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