Forma de la placa base I


Hay una gran variedad de formas, tamaños y tipos de placas base. El factor de forma de la placa base determina el tamaño y orientación de la placa con respecto a la caja, el tipo de fuente de alimentación necesaria y dicta los periféricos que pueden integrarse en la placa. Los más populares se exponen a continuación. 

A. ATX, Mini-ATX y Micro-ATX Las placas ATX fueron introducidas por Intel en 1995; son actualmente las más populares, ya que ofrecen mayores ventajas: 
􀁴􀀁Mejor disposición de sus componentes. 
􀁴􀀁Mejor colocación de la CPU y de la memoria, lejos de las tarjetas de expansión y cerca del ventilador de la fuente de alimentación para recibir aire fresco procedente de este. 
􀁴􀀁 Los conectores de la fuente de alimentación tienen una sola pieza y un único conector, que además no se pueden conectar incorrectamente. 
􀁴􀀁 Los conectores para los dispositivos IDE y las disqueteras se sitúan más cerca, reduciendo la longitud de los cables. 

Mini-ATX es una versión reducida de ATX que mantiene la misma disposición de sus elementos. El factor de forma Micro-ATX fue publicado por Intel en 1997, y supone una nueva reducción para el tamaño de las placas base. Estas dos placas son compatibles con ATX, de forma que podemos sustituir una placa ATX por una de estas sin problemas de ubicación o fijación. 

B. LPX y NLX Este factor de forma lo utilizan muchos equipos de marca para ordenadores de sobremesa. La mayoría de las placas tienen integrados más periféricos de los usuales, como, por ejemplo, la tarjeta de red, la tarjeta de vídeo o la de sonido. 

Los slots para las tarjetas de expansión no se encuentran sobre la placa base, sino en un conector especial en el que están pinchadas llamado riser card. El tamaño típico de estas placas es de 9 × 13 pulgadas. 
El factor de forma NLX es similar al LPX. Está ideado para facilitar la retirada y la sustitución de la placa base sin herramientas. El tamaño de estas placas puede oscilar entre 4 y 5,1” de ancho y 10, 11,2 y 13,6” de largo. 

El principal problema de estos formatos es su reducida capacidad de expansión y la dificultad de refrigerar adecuadamente microprocesadores potentes.

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