Las ciudades inteligentes I


Las ciudades son espacios donde la gente se traslada, come, se divierte, trabaja y, como si esto fuera poco, cada vez tienen más habitantes. Por eso, organizar su funcionamiento no es una tarea simple. La informática puede ser una herramienta que ayude a aprovechar los recursos de las ciudades para que todos puedan vivir un poco mejor y hacerle menos daño al planeta. Las ciudades que la implementan se denominan ciudades inteligentes . 

Siempre hubo problemas... 
A veces, organizar una casa resulta difícil: cuidar a los más chicos, hacer las compras, mantenerla limpia, sacar la basura y demás son tareas que llevan tiempo y organización. Pero todo eso no es nada si se lo compara con lo que es man - tener en funcionamiento muchas casas a la vez, es decir, una ciudad donde las mismas tareas se multiplican por miles. 
En las ciudades de la Edad Media, no había cloacas ni sistemas de recolección de basura, así que todos los desechos simplemente se tiraban por la ventana. Muchas crónicas de la época cuentan que había que soportar el olor a podrido constante que se respiraba allí. Pero el olor era lo de menos; el mayor problema era lo rápido que circulaban las enfermedades cuando nadie se ocupaba de la basura. Por ejemplo, la epidemia de peste negra de 1348 mató a uno de cada tres europeos. Aun así, las cloacas comenzaron a construirse recién a fines del siglo xix en algunas ciudades. Y en nuestro país, las primeras se colocaron en Buenos Aires en 1874, poco después de que dos epidemias de fiebre amarilla, en 1870 y 1871, mataran a miles de porteños. 

Pero la organización de la ciudad implica mucho más que lograr que los ciudadanos no se enfermen o que todo tenga un olor agradable. Hay que administrar el transporte, cuidar el espacio público, recolectar la basura y muchos etcéteras más. Todas estas tareas, un poco mejor o un poco peor, se hacen en todas las ciudades. Sin embargo, en los últimos años aparecieron nuevas cuestiones que tienen que ver no solo con evitar desastres, sino con mejorar la calidad de vida de los ciudadanos: reducir la contaminación, aprovechar espacios ociosos, hacer más eficiente el transporte, etcétera. Y la informática puede ofrecer algunas soluciones a estos nuevos desafíos, sobre todo teniendo en cuenta que ya hay cinco ciudades con más de 20 millones de habitantes en el mundo. Por eso, cada vez es más urgente planificar las ciudades de una forma eficiente. 

¿Cómo es una ciudad inteligente? 
Para que una ciudad pase a ser considerada inteligente, se requiere que sea concebida de una manera específica. Uno de los objetivos principales es que gaste menos energía y, por lo tanto, produzca menos contaminación. Un pequeño ejemplo es la forma en que funciona la luz de los pasillos de los edificios que se apagan solas luego de un breve tiempo de encendidas, lo que permite que se ahorre mucha electricidad. Si multiplicamos todos los pasillos de todos los edificios del país... la cifra resulta enorme. Un simple cambio que casi no tiene costo una vez instalado permite mejorar las cosas significativamente. 

Sin embargo, este es un pequeño ejemplo de lo que se puede hacer. Al conectar todo tipo de aparatos a las redes informáticas para manejarlos desde allí, el gobierno de una ciudad puede, por ejemplo, suspender el riego de las plazas un día de lluvia. Quizá parezca simple y poco importante, pero es carísimo potabilizar el agua, y ahorrarla nunca está de más. O que el alumbrado municipal esté controlado por computadora permitiría mejorar el ahorro de electricidad. 

Las posibilidades que abre la informática en otras áreas, como por ejemplo el transporte, también son significativas. El nuevo sistema de cobro por tarjeta magnética, que se implementó en los colectivos, trenes y subterráneos de Buenos Aires y próximamente en otras ciudades de la Argentina, permite conocer por dónde se viaja y planificar mejor las nuevas obras, regular los semáforos según el momento del día o aumentar la frecuencia en horarios pico. Estos y otros pequeños cambios pueden producir resulta- dos a gran escala para mejorar la calidad de vida de todos.

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