¿Qué pasa con lo que publicamos en una red social?
Facebook
es una empresa
con ánimo
de lucro
y su mayor
interés
es tener
un número
creciente
de usuarios.
Actualmente
cuenta
con 1.200
millones
de usuarios
distribuidos
en
casi todos
los países
del mundo
y en 2013
sus
beneficios
económicos
fueron
de 7.800
millones de dólares.
Las empresas
que comercializan
como
servicio
una plataforma
de red social
siguen
un
modelo de negocio basado en el
acceso
gratuito
para los usuarios para promover su uso
y en la
venta de la información
que estos
usuarios
publican
a empresas
de publicidad
y de estudios
de mercado.
Esta
información
es muy
valiosa
desde
el punto
de vista
de
marketing,
ya que permite
a los anunciantes
determinar
con gran
precisión
a qué personas muestran
sus productos
con un elevado
porcentaje
de éxito
de venta.
Los cuantiosos
beneficios
económicos
que registra
Facebook
se deben
a estos
ingresos
por publicidad
y
marketing.
En última
instancia,
la información que los usuarios publican en Facebook pertenece
a la empresa Facebook
y está almacenada
en servidores
de su propiedad,
nunca
en los
ordenadores
o smartphones
de los usuarios.
Ésta
es la misma
lógica
que utilizan
otras
empresas como Tuenti, Spotify o Google en sus servicios de Google+.
Pongamos
que una persona
sabe
que sus amigos,
en la vida real,
utilizan
una plataforma
de red social
donde
publican
las cosas
que piensan,
dicen
y hacen.
Éstos
animan
a esta
persona a participar en la red social. Entonces esta persona se registra en la página web
de la plataforma,
creando
una cuenta
de usuario.
Comienza
a utilizarla,
vincula
su usuario
a otros
usuarios
“amigos”
y publica
información.
En esta cuenta
de usuario
se va almacenando
información
durante
años.
El propio
usuario
olvida
incluso
cosas
que escribió
o
fotografías que subió hace tiempo, pues lo relevante es el momento presente.
Si un día esta persona
decide
dejar
de utilizar
la plataforma,
puede
dar de baja la cuenta
de usuario
que ha creado
y dejar
de tener
acceso
a la plataforma.
Sin embargo,
la cuenta
con toda su información no se borra de los servidores de Facebook
,
que siguen
utilizándola
como
fuente
de datos
para
sus algoritmos
de estudios
socio-económicos,
para
su
venta
a empresas
de marketing
o para
entregarla
a los gobiernos
que así lo requieran
en
un momento dado.
Esta forma de funcionamiento
viola los derechos de propiedad
de los usuarios a su propia
información
y sin embargo,
los usuarios
han dado
su consentimiento
al aceptar
los
términos
y
condiciones de uso establecidos por la empresa en función de sus propios intereses.
Las grandes empresas del negocio de las plataformas de redes sociales tienen un fuerte
poder económico
y realizan
lobby
de presión
a las autoridades
políticas
en diversos
países, especialmente
en Estados
Unidos,
para
promover
leyes
que defienden
sus intereses.
Las plataformas
de redes
sociales
que más utilizamos
en Europa
tienen
sus servidores
en
territorio
estadounidense
por lo que es la regulación
de aquel
país la que se aplica
a sus
servicios, sin tomar en cuenta dónde se encuentran los usuarios.
En 2012
se iniciaron
los
anteproyectos de ley PIPA y SOPA en Estados Unidos orientados
a frenar
la piratería
en Internet,
y por tanto,
defendiendo
la propiedad
intelectual.
La orientación
de este tipo de leyes
es siempre
la misma:
dar mayor
control
a gobiernos
y
empresas sobre los datos de redes sociales almacenados en los servidores.
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